8 de noviembre de 2013

Conferencia: La torre de la iglesia de Santa María en Trujillo, memoria de su destrucción


La segunda conferencia del Ciclo se celebró el 7 de noviembre y fue desarrollada por Carlos Marín Hernández con el tema "La torre de la iglesia de Santa María de Trujillo, memoria de su destrucción".
Carlos Marín Hernández es Licenciado en Historia por la Universidad de Extremadura (2003-2008), y en la actualidad disfruta de una beca de investigación para estudios de posgrado en el Departamento de Historia (Área de Arqueología) de la Facultad de Filosofía y Letras de la misma universidad, donde ejerce como Personal Docente Investigador desde el año 2011. 
Pertenece, como personal agregado, al “Grupo de Estudios Históricos y Patrimoniales de Extremadura”, integrado en los Grupos de Investigación de la Universidad de Extremadura, y es también miembro del “Grupo de Estudios sobre la Historia Contemporánea de Extremadura (GEHCEx).
Enmarca su línea de investigación en la Historiografía de la Arqueología, desde la que aborda los orígenes y la configuración de la Arqueología extremeña contemporánea y los avatares históricos del Patrimonio Arqueológico regional, con mención específica a la perspectiva institucional que ofrecen las Comisiones Provinciales de Monumentos. Por esta línea de investigación obtuvo en 2011 el Diploma de Estudios Avanzados con el trabajo “El Patrimonio Arqueológico en la provincia de Cáceres: la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos (1897-1936)”, cuyos resultados y progresos procura difundir a través de conferencias y artículos.
Previamente a su desempeño actual en la Universidad de Extremadura, ha tenido experiencia profesional en el campo de la arqueología privada.
De "Noticias del Museo de Cáceres"


En la conferencia Carlos desarrolló los múltiples avatares del proceso de destrucción de la torre tardorrománica de Santa María de Trujillo y ofreció oportunas reflexiones sobre el papel de las instituciones en la conservación del patrimonio.


La torre-campanario de la iglesia parroquial de Santa María la Mayor en Trujillo, cuyos orígenes se remontan como mínimo al siglo XIII, es uno de los monumentos tardorrománicos más importantes de Extremadura. 

Aún así, su grado de conservación a lo largo de los siglos no siempre fue el mismo. Aquejado desde hacía tiempo de un amenazante estado de ruina, tras haber sufrido las consecuencias de los terremotos de 1531 y 1755, así como el azote de continuos temporales, el monumento había llegado sorprendentemente en pie a mediados del siglo XIX. 

En estas fechas el Ayuntamiento de Trujillo inició las gestiones precisas para derribarlo, pues la conservación y rehabilitación nunca fue una opción a valorar. El derribo proyectado originó un extenso contencioso a cuatro bandas entre la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, la Comisión de Monumentos, el Gobierno Civil y el mismo Ayuntamiento trujillano, donde cada institución persiguió imponer su criterio (rehabilitación / demolición) de acuerdo a sus posibilidades de intervención y a sus intereses particulares, donde los postulados conservacionistas se vieron ampliamente superados por los insalvables condicionantes políticos del momento. 

Todo el proceso de “conservación vs. destrucción” se vio lastrado hasta límites insospechados por penosos trámites burocráticos que desembocaron inevitablemente en el menoscabo de la torre, que tras multitud de mandatos desobedecidos y proyectos abandonados de demolición fue finalmente derribada en 1871. 


Entre 1971 y 1972, precisamente cuando se cumplía el centenario de su derribo, la torre fue objeto de una reconstrucción que devolvió al monumento la fisonomía original que un día tuvo.

La Asociación "Adaegina" y el Museo de Cáceres agradecemos a Carlos Marín el riguroso análisis que nos ofreció sobre este monumento y su desinteresada y entusiasta colaboración. Como recuerdo, el exvoto de Adaegina.


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